Sophie Wintgens, « Panamá: el pivote de las “nuevas rutas de la seda” china en América Latina y el Caribe », in Lincoln Bizzozero Revelez et Wilson Fernández Luzuriaga (dir.), Anuario Política Internacional & Política Exterior 2017-2018. “One Belt, One Road”: alcances y repercusiones de la propuesta China en un entorno de proteccionismos y retracción del Occidente, Montevideo, Ediciones Cruz del Sur, 2018, pp. 155-161.
Entrada en la Constitución del Partido Comunista Chino con motivo de su decimonoveno Congreso Nacional en octubre de 2017, la iniciativa para instaurar “nuevas rutas de la seda”2 está oficialmente llamada a modificar el mapa de intercambios internacionales y vivificar las relaciones entre China y el resto del mundo, apoyándose sobre una sólida red de infraestructuras y acuerdos. Concentrados en el sector de la infraestructura, las inversiones chinas están destinadas especialmente a facilitar el comercio y la comunicación intrarregionales. Desde el primer Foro del Cinturón y de la Ruta para la Cooperación Internacional en mayo de 2017 en Pekín, en el que también han participado jefes de Estado latinoamericanos – los presidentes de Argentina Mauricio Macri y de Chile Michelle Bachelet estuvieron presentes –, América Latina y el Caribe (ALC) ha expresado su voluntad de desempeñar un rol importante en el marco de esta iniciativa china fomentando el fortaleciendo de los vínculos comerciales y de inversión, así como la construcción de infraestructuras y redes de servicios públicos (Foro China-CELAC, 2018).
En junio de 2017, cuando Costa Rica y China celebraban el décimo aniversario de sus relaciones bilaterales, el presidente chino Xi Jinping y su homólogo panameño Juan Carlos Varela Rodríguez establecieron relaciones diplomáticas. Cinco meses más tarde, Panamá entraba en el perímetro de la iniciativa de las nuevas rutas de la seda. Este pequeño país desea beneficiarse de la oportunidad china para garantizar su continuo crecimiento económico a través de la inversión, el comercio y el turismo. Para ello, pone en valor sus ventajas logísticas y su posición estratégica como cruce marítimo que une a las dos Américas entre sí y con Asia. Estas evoluciones recientes llaman a cuestionarse aún más sobre los retos de la cooperación entre China y ALC, enfocándose en el caso de Panamá. ¿Constituye América Central una región cada vez más estratégica para Pekín?